A la primera persona que me ayude a comprender,
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle mi fe.
A la primera persona que me ayude a salir de este infierno
en el que yo misma decidí vivir,
le regalo cualquier tarde para los dos.
A la primera persona que me ayude a sentir otra vez,
pienso entregarle mi vida, pienso entregarle mi fe.
A la primera ayude a caminar,
pienso entregarle mi tiempo, pienso enseñarle hasta el mar.
A la primera persona que no me quiera juzgar,
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas.
A la primera persona que me lleve a la verdad,
pienso entregarle mi tiempo, no quiero esperar más.
Yo no pido que las cosas me salgan siempre bien,
pero es que ya estoy harta de perderte sin querer.
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