La haces muy bien. Y aunque te hierva la sangre, te encadenas para no llamar. ¿Cómo haces? Conozco todos tus trucos pero aún así me das qué pensar. Te guardas el orgullo donde nadie pueda dudar de que lo tenes y así vas, sin perder el objetivo, pidiendo dos cuando querés tres. Lo sabes, no hay arma más seductora que contestar siempre la verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario